En este post voy a abrir mi corazón. No sé si hago bien o mal pero quiero soltar la emoción que aprieta mi corazón.
Anoche Aylen -comunidad terapeutica contra las adicciones – cumplió 15 años de labor. Desde ese entonces ayudó muchas personas a salir y liberarse de las drogas. Carlos Souza – el presidente – llegó a la casa destruída, sin dinero pero con un sueño y muchos planes. Poco a poco, con la colaboración de unos amigos que hoy en día forman parte de un equipo, la arreglaron. Construyeron un comedor, un jardín, una parrilla y muchas cosas más. Crearon una estructura de continuidad y así crecieron. Carlos Souza plantó una semilla para que el árbol crezca por sí solo y ese árbol se llama Aylen, que significa «alegría» en el idioma mapuche.
Reciben muchas personas desesperanzadas y les transmiten que se puede vivir de una manera diferente.
«Hay que luchar, pelear, formar personas» dicen. «Es una obra transformadora»… «Todo lo que se puede pagar con dinero es porque es barato». Lo que se puede pagar con dinero es barato porque no sólo de pan vive el hombre y las cosas son sólo cosas que no llenan el vacío que nos deja «el tener» en detrimento al «ser».
Despues hablaron otros terapeutas. «Los chicos» que están haciendo tratamiento leyeron – uno a uno – sus sueños escritos en un papel que despues ataron a un globo verde y los soltaron todos al mismo tiempo. Me perdí mirándolos subir al cielo, fue una bella imagen de esperanza.
Sentí una emoción enorme porque escuché los discursos y los testimonios perfectamente a través de un micrófono. Hace treinta años que no voy al teatro, conferencia, ni veo una película nacional o televisión porque no puedo entender lo que se habla. Cuando empecé a distinguir las palabras de Carlos Souza tuve una alegría inmensa y disfruté de cada minuto cómo si fuese un milagro; no sé como describir el alivio que sentí.
Hace cuatro años atrás abandoné Brasil para internar a mi hija en Aylen. Fueron momentos muy duros y dolorosos para todos. El tratamiento duró dos años. Tenía que participar de varios tipos de terapias pero la más difícil para mí era la de los padres, una vez por semana. Con mi audífono sólo conseguía hablar con una persona que estuviese al lado mío pero en el grupo eramos muchos y las voces se perdian en un sonido indescifrable. Los padres sentíamos una misma angustia y eso despertaba un sentimiento de solidaridad entre nosotros. Ellos se turnaban y escribían en un cuaderno lo que se decía para que pueda leerlo y hablar a mi vez. Fue muy difícil pero gracias al esfuerzo que hicieron los padres para ayudarme lo conseguí.
Si crecer duele yo crecí. Mi hija me hizo crecer y aprendí mucho con el tratamiento. Aprendí lo que significa la palabra perdón, a controlar mejor mis impulsos, que no todo es como lo quiero, a aceptar la debilidad, a los otros y por sobre todo aprendí a amar mejor. Todavía me falta mucho, tengo toda la vida para aprender. Lo primero que aprendí en Aylen fue a no sentirme culpable y sí responsable. La culpa paraliza y no te deja actuar. Para sacar a tu hijo adelante tenés que actuar y tomar decisiones complicadas por momentos.
Anoche volví a ver los lugares de la casa que guardaron mis miedos, angustias y frustraciones. Recordé muchas cosas y me sentí feliz al estar celebrando esa fiesta junto a mi hija entera. Me sentí feliz al escuchar los discursos, testimonios, las voces de quienes me hablaban y, aunque no distinguí bien la música pude oir las notas estimulando mis electrodos y eran muy agradables. Desde esta perspectiva me dí cuenta del enorme esfuerzo que tuve que hacer para mantenerme conectada y comunicada.
Jean-Leloup – un padre espiritual – dice que no debemos desnudarnos delante de todo el mundo, sólo nos podemos desnudar frente al amor. «No estamos aquí para destruirnos. Estamos aquí para crecer, para elevarnos. Ahí, donde hay fragilidad, ahí, donde hay vulnebarilidad, puede que sea el lugar más sagrado, el que pide más respeto. Pero es cierto que varios se aprovechan de ella, es por eso que no nos debemos desnudar delante de todo el mundo. Podemos desnudarnos frente al amor, pero no delante de la voluntad de poder porque sino el otro lo aprovechará para destruirnos» (lo traduje del francés al español porque no existe en esta última lengua, no sé si está bien escrito).
De todos modos algo de eso hice en este post, me desnudé. Espero que este testimonio sea un mensaje de fe y de esperanza. Nuestros sueños pueden hacerse realidad porque querer es poder y porque el amor es poderoso. Merecemos ser felices pero por sobre todo merecemos amar porque el amor es la clave de la felicidad.
Reedito para transcribir la canción que formó parte de la fiesta. A mi me dieron la letra escrita para que pueda compartirlo. Acá la transcribo porque me gustó mucho
No sé si soñaba, no sé si dormía
y la voz de un ángel dijo que te diga
celebra la vida.
Piensa libremente, ayuda a la gente
y por lo que quieras lucha y sé paciente
Lleva poca carga, a nada te aferres
porque en este mundo nada es para siempre
Búscate una estrella que sea tu guía
no hieras a nadie, reparte alegría.
Celebra la vida, celebra la vida
que nada se guarda, que todo se brinda
Celebra la vida, celebra la vida
segundo a segundo y todos los días
Y si alguien te engaña al decir te quiero
pon más leña al fuego y empieza de nuevo
No dejes que caigan tus sueños al suelo
que mientras más amas, más cerca está el cielo
Grita contra el odio, contra la mentira
que la guerra es muerte y la paz es vida
Celebra la vida, celebra la vida
que nada se guarda, que todo se brinda
Celebra la vida, celebra la vida
segundo a segundo y todos los dias
No sé si soñaba, no sé si dormía
y la voz de un ángel dijo que te diga…
Celebra la vida, celebra la vida
y deja en la tierra tu mejor semilla
Celebra la vida, celebra la vida
que es mucho más bella cuando tu me miras
Celebra la vida, celebra la vida…
Read Full Post »