Cuando dejé de fumar decidí escribir todos los meses una entrada en el blog hasta cumplir un año. Hoy cumplo trece meses sin fumar y sigo escribiendo. Sé a través de las estadísticas que diariamente entra gente al blog buscando información para dejar de fumar. Mi experiencia puede ayudarlos. Además el tabaco sigue rondando por mi cabeza. Son ganas muy suaves y puntuales. Un «como me fumaría un cigarro ahora» o una nostalgia al oler la nicotina fresca del cigarro de algún amigo. Todavía no puedo bajar la guardia, a decir verdad no se puede bajar la guardia nunca porque esta adicción es para toda la vida. En los foros de ex-fumantes ví varias personas recaer después de haber cumplido un año sin fumar. Personas convencidas que escribían para ayudar a los que querían pero no podían. Me costó mucho dejar este vicio maldito, me siento muy bien con esta nueva vida lejos de la esclavitud de la nicotina y no quiero recaer nunca más. Es por eso que escribo, para reafirmarme.
¿Por qué tanta gente vuelve a fumar despues de un año de conquistas? Por exceso de confianza creo yo. Al cumplir un año somos declarados ex-fumantes por la OMS (Organización Mundial de la Salud) lo que nos puede hacer pensar: «Ya está, lo conseguí» Es así que se baja la guardia, en un momento tonto, una fiesta, una celebración, o al recibir una mala noticia. Entonces pensamos: » Total por uno no pasa nada» «Yo ya lo tengo superado». Cuando prendemos ese primer y asqueroso cigarrillo se produce un clic que activa la reacción en cadena que nos hace fumar sin parar. A la semana ya estamos fumando como lo hacíamos antes. Entonces decidimos volverlo a dejar, creemos que no será difícil ya que estuvimos un año sin fumar. Sólo ahí nos damos cuenta que hemos caído en las garras del bicho nuevamente y que de esta vez no nos va a largar así nomás. Volvemos a los foros, blanqueamos la situación y nos ponemos una fecha… sin éxito. La compulsión se apodera de nuestra voluntad y nos arrebata nuestra autoestima. Después de varios intentos fallidos largamos la chancleta y decidimos intentarlo en otro momento. Casi siempre pasan de uno a dos años para volverlo a intentar, con mucha dificultad. Eso me llamó mucho la atención y también me asustó. Esas personas que habían estado durante más de un año sin fumar se mostraban inseguras y asustadas para dejar de fumar. El tabaco es muy traicionero y no se le puede dar la espalda.
Si pudiese volver al pasado y cambiar algo de mi vida no prendería el primer cigarrillo que fumé en mi vida. Es de lo único que me arrepiento, el haber dejado la nicotina entrar en mi cerebro. Ahora cumplo trece meses sin fumar y me siento muy orgullosa por ello. Gané calidad de vida en todos los aspectos y mi casa huele bien. Es por eso que me reafirmo escribiéndoles que
HOY NO FUMO
porque se está muy bien así.